Hacer el bien para hacer
UNA VERDADERA CIVILIZACIÓN
Por parte de mi querida madre, siempre, a cada momento, he recibido muy buenos regalos; el que me ha dado el día de hoy, lo quiero compartir con todos ustedes.
Se trata de un escrito de Moises Vivar M., titulado "Hacer el bien para hacer una verdadera civilización".y publicado el pasado mes de septiembre por la revista "Inquietud Viva".
Lo comparto con la esperanza que lo lean y reflexionemos, porque... "la verdad nos hará libres".
A continuación transcripción fiel y exacta:
El hombre está en la búsqueda, de una manera de vivir que responda a sus más legítimas aspiraciones. Su proceso histórico lo ha llevado a construir una civilización en la que plasma su huella y deja ver qué es lo que quiere.
En esa civilización ha habido luces y sombras. Ha logrado avances y descubrimientos sorprendentes, pero también ha propiciado maldades sin nombres. De manera que ha sido un proceso doloroso. Junto a desarrollos grandiosos ha habido estancamientos y verdaderos retrocesos; sin embargo, no puede detenerse en la exigencia de alcanzar la civilización anhelada.
Jesucristo convivió con el hombre en su mismo nivel, con sus necesidades y sus avances. Disfrutó de algunos logros de su tiempo, poco también constató las terribles deficiencias de los sistemas sociales que entonces se implementaban; por eso en el Evangelio propuso la base de la civilización en la que el hombre puede encontrar la manera de realizar su vocación humana: Hacer el bien, como principio práctico.
"Pues todo lo que ustedes quieren que los hombres les hagan, háganlo ustedes a ellos, en esto se resumen la Ley y los Profetas" (Mt 7,1.2). Esta sentencia de Jesús es una propuesta que sirve como piedra de toque de una cultura que puede llevar todo hacia el bien del ser humano y sobre ella construir lo que se puede llamar en sentido pleno -CIVILIZACIÓN-.
Hacer a los demás lo que uno quisiera que hicieran con uno, no es otra cosa que desear y hacer el bien al prójimo. Este principio debe llegar a ser una actitud en la persona.
Para que esto se logre, hay que empezar a enseñarlo y desarrollarlo desde las edades tempranas. El niño debe aprender a identificar el bien y lo bueno; de manera que se le inculque practicarlo.
Si Hablamos en términos cristianos, el Evangelio y la doctrina cristiana tienen las ideas muy claras en torno a este punto. Cuando a uno se le enseña a hacer el bien y rechazar lo malo, crece con principios que rifen toda un ética, la cual es la base de la conducta de la persona a lo largo de su vida. Se trata de vivir el Evangelio, cosa que en la exigencia cristiana es elemental.
Sobre esta base se podrá desarrollar la conciencia de vivir en un estado de derecho, es decir, la conciencia del cumplimiento de las leyes de convivencia que emanan de la Constitución política de un país, el respeto a sus más elementales leyes e instituciones, la impartición de justicia, la creación de políticas educativas, laborales, hacendarias, que velen siempre por el bien de los ciudadanos. Gracias a esa conciencia, el ciudadano ha de pagar sus impuestos, los cuales, a su vez, son manejados honestamente por el Estado y aplicados a programas de beneficio social; es decir, la sociedad puede beneficiarse mucho de un principio que es tan simple y elemental, como también es de gran alcance.
Cuanto más son quienes viven este principio cristiano, más será posible generar una civilización de rostro verdaderamente humano. Esa es una exigencia de la vocación cristiana. Jesucristo llama al hombre a caminar en este sentido y a responsabilizarse haciendo el bien. La experiencia cristiana es una experiencia práctica y con sentido de participación, al menos en el bien que está al alcance de uno realizar.
Para el cristiano hacer el bien es cumplir la voluntad de Dios, al estilo de Jesús.
Amig@s: Aprecio y estaré atenta a sus comentarios,
ya que ello, me ayudará a ser mejor persona y
a fortalecer mi voluntad
llevada a la acción,
para brindar a nuestra Patria y Hermanos
mis acciones conscientes
Hasta la próxima
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