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miércoles, 12 de octubre de 2011

Hacer el bien para hacer
UNA VERDADERA CIVILIZACIÓN


Por parte de mi querida madre, siempre, a cada momento, he recibido muy buenos regalos; el que me ha dado el día de hoy, lo quiero compartir con todos ustedes.
Se trata de un escrito de Moises Vivar M., titulado "Hacer el bien para hacer una verdadera civilización".y publicado el pasado mes de septiembre por la revista "Inquietud Viva". 
Lo comparto con la esperanza que lo lean y reflexionemos, porque... "la verdad nos hará libres".  

A continuación transcripción fiel y exacta:

El hombre está en la búsqueda, de una manera de vivir que responda a sus más legítimas aspiraciones. Su proceso histórico lo ha llevado a construir una civilización  en la que plasma su huella y deja ver qué es lo que quiere.
En esa civilización ha habido luces y sombras. Ha logrado avances y descubrimientos sorprendentes, pero también ha propiciado maldades sin nombres. De manera que ha sido un proceso doloroso. Junto a desarrollos grandiosos ha habido estancamientos y verdaderos retrocesos; sin embargo, no puede detenerse en la exigencia de alcanzar la civilización anhelada.
Jesucristo convivió con el hombre en su mismo nivel, con sus necesidades y sus avances. Disfrutó de algunos logros de su tiempo, poco también constató las terribles deficiencias de los sistemas sociales que entonces se implementaban; por eso en el Evangelio propuso la base de la civilización en la que el hombre puede encontrar la manera de realizar su vocación humana: Hacer el bien, como principio práctico.
"Pues todo lo que ustedes quieren que los hombres les hagan, háganlo ustedes a ellos, en esto se resumen la Ley y los Profetas" (Mt 7,1.2). Esta sentencia de Jesús es una propuesta que sirve como piedra de toque de una cultura que puede llevar todo hacia el bien del ser humano y sobre ella construir lo que se puede llamar en sentido pleno  -CIVILIZACIÓN-.
Hacer a los demás lo que uno quisiera que hicieran con uno, no es otra cosa que desear y hacer el bien al prójimo. Este principio debe llegar a ser una actitud en la persona.
Para que esto se logre, hay que empezar a enseñarlo y desarrollarlo desde las edades tempranas. El niño debe aprender a identificar el bien y lo bueno; de manera que se le inculque practicarlo.
Si Hablamos en términos cristianos, el Evangelio y la doctrina cristiana tienen las ideas muy claras en torno a este punto.  Cuando a uno se le enseña a hacer el bien y rechazar lo malo, crece con principios que rifen toda un ética, la cual es la base de la conducta de la persona a lo largo de su vida.  Se trata de vivir el Evangelio, cosa que en la exigencia cristiana es elemental.
Sobre esta base se podrá desarrollar la conciencia de vivir en un estado de derecho, es decir, la conciencia del cumplimiento de las leyes de convivencia que emanan de la Constitución política de un país, el respeto a sus más elementales leyes e instituciones, la impartición de justicia, la creación de políticas educativas, laborales, hacendarias, que velen siempre por el bien de los ciudadanos.  Gracias a esa conciencia, el ciudadano ha de pagar sus impuestos, los cuales, a su vez, son manejados honestamente por el Estado y aplicados a  programas de beneficio social; es decir, la sociedad puede beneficiarse mucho de un principio que es tan simple y elemental, como también es de gran alcance.
Cuanto más son quienes viven este principio cristiano, más será posible generar una civilización de rostro verdaderamente humano.  Esa es una exigencia de la vocación cristiana. Jesucristo llama al hombre a caminar en este sentido y a responsabilizarse haciendo el bien.  La experiencia cristiana es una experiencia  práctica y con sentido de participación, al menos en el bien que está al alcance de uno realizar.
Para el cristiano hacer el bien es cumplir la voluntad de Dios, al estilo de Jesús.



 Amig@s:  Aprecio y estaré atenta a sus comentarios,
ya que ello, me  ayudará a ser  mejor persona y 
a fortalecer mi voluntad
llevada a la acción,
para  brindar  a nuestra Patria y Hermanos
mis acciones conscientes
Hasta  la próxima
DÍA DE LA RESISTENCIA INDÍGENA
El 12 de octubre se conmemora la sangre derramada de los pobladores nativos de este territorio, que fueron víctima de la violencia de los colonizadores españoles hace más de 500 años.
El Presidente de la República, Hugo Rafael Chávez Frías, anunció que la efemérides del 12 de octubre ya no se celebraría más como el "Día de la Raza"; Desde entonces, se viene celebrando anualmente el "Día de la Resistencia Indígena", para honrar la constancia de estos pueblos en la lucha por su dignidad.
El cambio provocado en Venezuela por el Decreto 2028, de celebrar el 12 de octubre como el Dia de la Resistencia Indígena en lugar del Día de la Raza, como se acostumbraba, no siempre es entendido enteramente. La dificultad se debe esencialmente a la visión histórica aprendida, especialmente en las escuelas y reforzadas permanente por los medios comerciales de difusión masiva.

Día de la Resistencia Indígena
Día de la Dignidad

En Venezuela disipado el efecto publicitario del "quinto centenario" y bajo la presidencia de Hugo Chávez, el tema aborigen salta de nuevo a la palestra pública, pero desde una perspectiva que sitúa dicho tema en su justo lugar, al denunciar la verdad de los hechos, reconociendo que lo ocurrido a partir de 1492 fue un acto de conquista que trajo consigo el saqueo de los recursos naturales, la expoliación de su población y sometimiento de la misma a la esclavitud, millones fueron víctimas de asesinato, de tratos crueles e inhumanos, otro tanto murió como consecuencia de enfermedades
La llegada de Hugo Rafael Chávez Frías al poder permite decir hoy que el 12 de octubre de 1492, no se "celebra" como en otrora el "Día de la Raza", sino que se conmemora, se recuerda, se explica, se dice abiertamente, que ese día, inició en estas tierras de la originaria Pachamama -conocida con el nombre de América- el genocidio más grande que jamás haya conocido la humanidad.
Los pueblos indígenas por su parte, tienen en el Gobierno Bolivariano un reconocimiento expreso de su rebeldía, que se traduce en el otorgamiento de derechos cercenados por siglos, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la única aprobada mediante referéndum popular en 1999, contempla y reconoce para los indígenas, todo un capitulo con ocho artículos entre otros derechos los siguientes:
" Articulo 119: "su organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida ".
" Artículo 121: Los pueblos indígenas tienen derecho a mantener y desarrollar su identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores, espiritualidad y sus lugares sagrados y de culto.
" Artículo 122: Los pueblos indígenas tienen derecho a una salud integral que considere sus prácticas y culturas.
" Artículo 124: Se garantiza y protege la propiedad intelectual colectiva de los conocimientos, tecnologías e innovaciones de los pueblos indígenas.
" Artículo 125: Los pueblos indígenas tienen derecho a la participación política. El Estado garantizará la representación indígena en la Asamblea Nacional y en los cuerpos deliberantes de las entidades federales y locales con población indígena, conforme a la ley.
Unido al precepto constitucional se encuentra el Decreto 2028, el cual coloca en su lugar la verdad histórica de la conquista, una verdad que por cierto no dicen los detractores de siempre, que no duermen en su afán falsificador de los hechos e incluso de la historia, la cual sólo utilizan a favor de sus intereses politiqueros, los que casi siempre coinciden con los del viejo conquistador colonial o el moderno transnacional, cuyo objetovo es siempre divisionista, desestabilizador y golpista
Al profundizar la aplicación de los preceptos constitucionales, darle cabal cumplimiento al Decreto Presidencial 2028, aplicar la promulgación de la Ley de Demarcación y Garantía del Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas y la entrega de títulos colectivos de tierras a indígenas, el Gobierno Bolivariano reconoce los derechos de los pueblos indígenas y rinde homenaje todos los días a la Resistencia Indígena.
Por tanto, se deduce que es llamado "Día de la Resistencia Indígena" porque hace referencia a la sangre derramada de los pobladores nativos de este territorio, que fueron víctimas de la violencia de los conquistadores españoles hace más de 500 años.
El primer nombre de la efeméride fue decretado en 1921, cuando Venezuela era gobernada por Juan Vicente Gómez. Ocho décadas más tarde, esta denominación es considerada "discriminatoria, racista y peyorativa" por Chávez.